Aburrida y falta de emoción son dos adjetivos fácilmente utilizables para designar esta novela. Una prosa lineal que se limita a narrarnos los hechos con cadencia monótona sin sumergirse prácticamente en ningún momento en la sicología o los sentimientos de los personajes, reina a sus anchas en cada página. Ni siquiera el argumento, que promete al principio momentos de intriga con un misterio interesante por resolver, consigue sacarnos del sopor de su narrativa.
Poco más voy a decir, excepto que el comportamiento de la supuesta mujer de negocios, adulta y madura, es absolutamente infantil e irritante en casi cada momento. Aunque al principio la franqueza de la que hace gala en el momento de conocer a lord Thorpe es refrescante y augura momentos divertidos, en seguida se torna en estupidez balbuceante cuando empieza a caer en las redes del seductor lord ingles.
La animadversión que nace entre ellos a raíz de un malentendido le da un poco de vidilla y las aventuras que le siguen podrían ser apasionantes si no transcurrieran tan rápidamente que te dejan perpleja y un poco mareada.
Una novela narrada demasiado deprisa, sin que la autora se moleste en profundizar en los personajes, convierte una historia que podría ser apasionante en algo anodino y sin sustancia, como un sustitutivo dietético para adelgazar. Puaj.
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