Género: Histórico
Título original: The Angel and the Prince
Editorial original: Zebra / Marzo 1996
Editorial original: Zebra / Marzo 1996
Hija de un noble francés, Ryen de Bouriez blande la espada con inusitada fiereza. Aquellos que susurran su nombre con temor y sobrecogimiento la llaman el Ángel de la Muerte. Bryce Princeton, más conocido como el Príncipe de la Oscuridad, es el líder del ejército inglés, y ha jurado capturar al Ángel. Con tal fin, Bryce conduce sus huestes a Francia, pero las cosas no salen tal y como había previsto, y acaba siendo él el cautivo.Ahora, entre las sombras de su celda, Bryce se niega a luchar, pero iniciará un juego de amor con la inocente Ryen...
Esta novela me ha
provocado sentimientos encontrados.
Por un lado, el hecho
que los acontecimientos transcurran durante la Guerra de los Cien Años, que
enfrentó a Francia con Inglaterra y que ocurran precisamente tres años después
del nacimiento de Juana de Arco. La comparación es inevitable ya que la
protagonista es una doncella guerrera francesa ordenada caballero por el rey de
Francia, y eso me enervó un poco.
Sé que cuando leo una
de estas novelas debería dejar de lado estas manías, pero soy incapaz de
hacerlo. Me fascina la edad media, la oscuridad que la envuelve y las leyendas
que se formaron en esa época. La dicotomía que conformó esa época, por un lado
la ignorancia teñida de superstición avalada con rígida determinación por la
iglesia, y por otro ese ideal caballeresco transmitido hasta nosotros por
libros como La muerte de Arturo, Cantar de Roldán o Tirant lo Blanc, hace que
sea un periodo de nuestra historia que se mueve entre perpetuos claroscuros.
Los ideales de la caballería (valor, defensa, fe, humildad, justicia,
generosidad, templanza, lealtad y nobleza) y su férreo código de conducta hacen
que me pregunte cómo fue posible que sobrevivieran, precisamente, en una Europa
que se ahogaba en interminables guerras y en que la ley del más fuerte prevalecía
sobre cualquier otra.
En fin, paranoiadas
mías. Como quizás lo es también el pensar que los pequeños detalles pueden
convertir una novela normalita en una genial. Y aquí es donde, a mi entender,
esta novela falla estrepitosamente.
La novela transcurre,
como he dicho anteriormente, en el año 1415. Inglaterra y Francia llevan 77
años en guerra para dilucidar cuál de los dos reinos controlará las enormes
posesiones que los monarcas ingleses tienen en tierras francesas desde 1154,
cuando Enrique II Plantagenet subió al trono de Inglaterra. El odio entre ambos
reinos es desmesurado precisamente debido a la prolongación de este irracional
enfrentamiento que ha sangrado los dos países durante tantos años.
Este hecho es
fundamental para comprender el enconado odio que se profesan los dos
protagonistas desde incluso antes de conocerse. Y la autora, no sólo no habla
de ello, sino que hace que la invasión del ejército inglés parezca un simple
capricho del monarca, restándole credibilidad a la historia y lógica al mutuo
odio que sienten tanto Ryen como Bryce.
Primer punto negativo.
Vayamos por el
segundo.
Lo menos que se puede
pedir a un autor es un mínimo de sentido común a la hora de mover sus
personajes y coherencia total en su narración. Hacer que un personaje se
despierte, después de haber estado días inconsciente, sin comer, debatiéndose
entre la vida y la muerte, con ganas de gastar bromas es una gilipollez, y
menos si éstas requieren un mínimo de movimiento por su parte. Tampoco pueden
dejar sucesos importantes en el aire, sin explicación, y me refiero a la
aparición de Lucien en el Castillo Oscuro. La autora quiere usarlo como un
golpe de efecto, para que dudemos de las intenciones de Bryce y lo único que
consiguió en mí es desconcertarme, hacer que me preguntara ¿qué coño hace este
aquí ahora? Y prever, sin ningún tipo de duda, lo que pasaría mas adelante,
quitándole emoción al desarrollo.
Segundo punto negativo
conseguido.
Pero hay más.
La historia se hace
pesada y reiterativa. Tanto odio-pero-te-deseo se hace cansino. El ahora te
quiero y ahora te odio, llega a aburrir. Y ha habido momentos en que he deseado
en que ambos personajes se mataran para terminarla y poder empezar otra.
Además, hay muchos momentos en que la narración se hace pesada, aburrida y predecible.
Hechos que no cuadran en absoluto que dejan al lector desconcertado y
rascándose la cabeza intentando comprender la lógica de lo que está leyendo
(sí, ese ¿ein? tan tonto que todos en algún momento de nuestra vida hemos
formulado).
Una decepción de
novela, lo que es una verdadera lástima, ya que la idea prometía y hubiera
podido ser una maravillosa historia si la autora hubiese sabido enfocarla y
contarla de otra manera. Es inexplicable que fuera nominada a diferentes
premios literarios. Saber eso me ha
dejado hecha cuadritos.
jajajajajajajajajaja como eres, si leyeras algunas novelas que NO HE RESEÑADO alucinarías. No soy tan valiente como tú... Beso!!!
ResponderEliminar¿Valiente? ¿Por qué? Tampoco es como si la autora fuese a enviarme un sicario para que me de una jartá de leches jejejejejeje
ResponderEliminarY lo cierto es que fui bastante comedida, porque la frase que me viene a la cabeza cada vez que veo la portada, es la de "mierda pinchá en un palo".
Besos!