La luna radiante asoma
precisa entre el marfil
y deslumbra cuando tu perfil
sonríe en la cama con sorna.
El sol brillante amanece
cada noche sobre tu almohada
y quien te mira piensa embobada
que la belleza siempre permanece.
A pesar de la dura oscuridad
a mis malos momentos acudes
y con tus caricias eludes
y apaciguas mi ansiedad.
Con tus lánguidos dedos
recorres mi espalda aturdida
me redefines en esta vida
con tus susurros quedos.
bella imagen, bello poema
ResponderEliminarGracias, Ireth. Es uno de los poemas de principio de capítulo de mi primera novela, DESDE EL AMANECER, LIBRO PRIMERO, que puedes descargarte completamente gratis en Editora Digital.
ResponderEliminar