El blog de D.W. Nichols Autora de novela romántica y erótica

lunes, 28 de marzo de 2016

Una de cine y TV #8




THE CLOSER

Enganchada otra vez a esta serie. Es una de las mejores series policíacas que he visto, por lo menos para mí, y cada cierto tiempo no puedo evitar caer en la tentación de vérmela de nuevo de cabo a rabo. Las aventuras de Brenda Johnson, sub jefa de la policía de Los Ángeles, tienen de todo, pero sobre todo, tiene a uno de los personajes femeninos más complejos que he visto nunca. Brenda es dura, implacable, déspota a veces, manipuladora, inteligente, obsesiva, tozuda, egoísta muchas veces... Una joya de persona. Pero también es justa, compasiva, y completamente entregada a su trabajo: meter en la cárcel a los peores criminales para que paguen. Y para conseguir este objetivo, no tiene escrúpulos en mentir, engañar, provocar... Entrenada por la CIA como interrogadora, es capaz de hacer cantar al más pintado.
Después de leer esta descripción, pensaréis que es una especie de Walker pero con faldas. Pues no. Porque Brenda Johnson es muy femenina, casi frágil, y esa es una baza que utiliza a menudo para que la subestimen.
Yo soy súper fan de Brenda, y os recomiendo esta serie sí o sí.



MAJOR CRIMES

Pues Sharon no es Brenda, y eso es un auténtico handicap para este spin off de The Closer; aunque en su momento el personaje de Sharon fue una buena antagonista a la altura de la sub jefa, Sigue casi la totalidad del equipo original, y la serie sigue en la misma línea, pero... falta Brenda. Lo siento. Así y todo, es una buena serie.



VIKINGS

Tengo la sensación de que en la temporada tres se les ha ido un poco la pinza y la mano a los guionistas, o que han tenido envidia de los de Juego de Tronos y por eso han decidido cargarse a un par de personajes para saciar su sed de sangre. A Floki se le ha ido la olla del todo, y Ragnar no se queda atrás. Creo que la serie ha perdido un poco de fuelle y, aunque la he disfrutado, no me ha acabado de convencer.

martes, 22 de marzo de 2016

Independiente, sobre todo, como escritora

No es fácil, esto de ser escritor independiente. Por supuesto que tiene sus ventajas, y son muchas; pero también tiene sus inconvenientes. Porque un escritor independiente no es solo escritor. Si quiere hacer bien su trabajo, también ha de convertirse en corrector, diseñador de portadas, maquetador, editor, publicista y comunity manager.

Un escritor que está en editorial, de lo único que ha de preocuparse es de escribir, y de hacerse publicidad de vez en cuando por las redes. Si no estás en editorial, como yo, hay muchas más cosas que hacer.

Cuando termino el borrador de una novela, el primer paso es la corrección. Eso sí lo tenemos en común, pero con una diferencia: si estás en editorial, ya tendrás un corrector que te pulirá el texto y quitará todos los errores; así que lo único que has de hacer es repasar lo escrito para que no haya «fallos técnicos». Una vez me pasó, que en mitad de una novela, le cambié el nombre a un secundario importante. ¡Horror! Pero yo también tengo que hacer una corrección ortotipográfica, que implica no solo las faltas de ortografía, sino vigilar que los signos utilizados sean los correctos. Comillas españolas en lugar de las inglesas; raya larga en lugar de guión; que todos los párrafos estén sangrados; que cada final de capítulo esté marcado con un «salto de página»; y un montón más de detalles de este estilo, cansinos y tediosos pero necesarios para que a la hora de editar, quede correctamente.

Después viene la portada. Yo tengo la manía de hacerla cuando llevo más o menos la mitad del manuscrito, cuando veo que la cosa va en serio y que la historia tira «palante» y no va a ser otro intento que se quedará en eso. Hay que buscar una imagen que sea adecuada para la historia que cuento en el interior, y eso son horas de pasear por todas las páginas donde hay fotos a la venta. Nunca encuentro una sola; siempre acabo encontrando varias, y toca escoger. Y no se puede escoger solo con la foto (por lo menos, yo no puedo), así que toca abrir el photoshop y editarlas todas, hacer varios borradores de portada para ver el resultado. A veces, pido ayuda a algunas compis. Les enseño las portadas y les pregunto cuál les gusta más. Atiendo a sus opiniones y consejos, y acabo eligiendo una de todas. Entonces hay que comprar la foto, y sustituir la que he usado para el borrador (que no tiene la calidad suficiente), por la definitiva; y hacer los retoques.

Cuando ya tengo el manuscrito terminado, corregido y preparado, toca maquetar. El formato digital no presenta demasiados problemas, pero el papel es otro cantar completamente diferente. Calcular las páginas que tendrá (porque nunca tiene el mismo número el manuscrito, que el papel). Calcular los márgenes, buscar las fuentes que quiero utilizar para los títulos, para la letra capital al principio de cada capítulo, los adornos que quiero ponerle... Cuando lo tengo todo, hay que hacer la plantilla que usaré: las diferentes páginas maestras que diferenciarán cada parte de la maquetación.

La parte más tediosa, es añadir el manuscrito cuando ya tienes todo preparado, e ir moviendo el texto como un todo para que quede encajado en su lugar. Líneas viudas y huérfanas, las odio; y las palabras cortadas donde no toca. Tedioso, aburrido, pero absolutamente necesario. Poner el índice es otra de esas cosas que me matan, porque no lo hago de forma automática.

Terminada la maquetación, ya tengo el número exacto de páginas que tendrá el libro. Lo subo a Create Space para comprobar que todo está correcto y no hay ningún error, y me pongo con las tapas. Porque tengo la portada, pero me falta la contra portada y el lomo. Se dice rápido, pero son varias horas más de trabajo.

Una vez ya todo listo, toca subirlo a Create y esperar su aprobación, que suele tardar unas 24 horas. Y subir el digital a KDP. 24 horas después, ambas plataformas han dado su aprobación si hay suerte (suelo tenerla, nunca me han denegado una publicación). Entonces, toca hacer de publicista y comunity manager.

Ponerse en contacto con blogs para ofrecer la novela para reseñar. En eso tengo suerte, porque tengo muchas amigas blogueras que no me dicen que no, pero al principio fue duro. Por cada sí recibido, tuve un montón de noes, o peor todavía, me ignoraron completamente y ni se molestaron en contestar. Y el maldito spam en face, que es imprescindible. Algún sorteo. Hacer cartelería...


Así es la vida profesional de un autor independiente. Nada envidiable, pero altamente satisfactoria.




domingo, 20 de marzo de 2016


sábado, 19 de marzo de 2016

Una de cine y TV #7

Hoy vengo a hablaros de alguna de las pelis que he visto en lo que va de año. No están todas las que son, pero sí son todas las que están.






Hacía tiempo que quería ver esta peli, pero por una cosa u otra, nunca me ponía. Y es una pena, porque me ha encantado. Sigue el mismo estilo que las dos anteriores: mucha acción, hostias a todo trapo, peleas bien coreografiadas, y un guión sólido y consistente. No en vano Luc Besson firma el guión (soy fan del cineasta francés desde que vi su excepcional Taxi, la original, no esa copia absurda y tonta que hicieron los americanos y que es un bodrio). Adrenalina en estado puro con un giro argumental al final que me ha dejado con la boca abierta. Además, me encanta Liam Nisson, y su papel protagonista de yayo arranca pelotas es absolutamente magnífico.






¿Se puede hacer una película entretenida, con un argumento que es una casi eterna persecución, y en la que apenas hay diálogos? Pues parece ser que sí. No me esperaba nada bueno de esta Mad Max. Al principio pensé que era un remake, y no, porque por lo que dan a entender, lo que cuenta la película transcurre después de la fatídica La cúpula del trueno. No es que lo digan, eso lo asumes por los flashbacks del protagonista, Max. No es que sea una maravilla argumental, ni es para verla dos veces; pero cumple su función de entretener mientras la ves, y se puede olvidar en cuanto acaba. 




Chris Pine es el cuarto rostro que tiene Jack Ryan en el cine. El primero fue Alec Baldwin (A la caza del Octubre rojo); el segundo, Harrison Ford (Juego de patriotas y Peligro inminente); y el tercero, Ben Carapalo Affleck (Pánico nuclear). Esta de la que hablo, Operación sombra, es la peor de todas. El guión hace aguas por todas partes, Kenneth Branagh sobre actúa hasta lo ridículo (y qué pena, con lo que ha sido este hombre, tanto como actor como director), y no convence nada. Entretiene si no le buscas tres pies al gato, pero a ratos, yo me dormía.


Y esto es todo por hoy. ¿Habéis visto alguna?

viernes, 18 de marzo de 2016


Diseño editorial: Anima nigrum

Jaulas y cuervos es lo que necesitaba esta antología de relatos que, tal y como augura su título, explora la parte más oscura del alma humana. Me encantó trabajar con Laura Nuño precisamente porque sabe muy bien lo que quiere, y no me dio el visto bueno hasta que acabó completamente satisfecha con el resultado.

¿Un par de muestras?