Género: Histórico
Título original: Flowers from the Storm
Editorial original: Avon / Octubre 1992
Editorial original: Avon / Octubre 1992
Christian Langland, duque de Jervaux, es un conocido libertino poseedor de una mente brillante, y un don para las matemáticas, que prefiere malgastar su existencia llevando una vida licenciosa.Maddy Tims, es una solterona cuáquera (una secta protestante cristiana) cuyo padre, un matemático ciego, colabora con el duque en sus investigaciones. Debido a la ceguera de su padre, Maddy es la encargada de copiar y entregar los documentos de éste. Aún así, el duque jamás se ha dignado a recibirla.Finalmente, se conocen la noche en que los dos hombres presentan sus descubrimientos en la Sociedad Analítica. Después, durante la cena, el duque deja una profunda huella en Maddy.A la mañana siguiente, cuando Maddy va a entregar una carta de agradecimiento se encuentra con que el duque ha resultado muerto en un duelo. Hecho que le afecta más de lo que hubiera esperado.En realidad Jervaulx tras sufrir un ataque durante un duelo con un marido desairado, ha sido internado en un asilo para dementes que casualmente esta dirigido por un primo de Maddy. Y es allí donde los caminos de ambos vuelven a cruzarse.El duque esta considerado como un paciente violento aquejado de demencia. Sin embargo Maddy es la única persona que se da cuenta de cual es realmente el mal que padece: él es simplemente un hombre cuerdo, incapaz de comunicarse verbalmente. que se siente tremendamente frustrado y lleno de ira por esta causa y que vive continuamente atemorizado por el trato vejatorio que sufre a manos de su guardián.A partir de ese momento, Maddy se vuelca con él y decide ayudarle a recuperar su vida. Poco a poco el duque llega a confiar en Maddy, la única persona que le ve como realmente es, que no le trata como a un ser inútil ni demente, que parece comprenderle y es capaz de calmarle. Entre ambos se establece una relación de necesidad, que lejos de desaparecer con cada nuevo progreso del duque, va creciendo día a día.No obstante, surge un nuevo escollo cuando los codiciosos cuñados del duque, apoyados por la madre y hermanas de éste, intentan declararle legalmente loco para hacerse con el manejo de la fortuna familiar. Lady de Marly, la tía del duque, toma cartas en el asunto, poniendo una sola condición para que no sea devuelto al asilo: debe casarse con la muchacha que previamente han elegido para él y engendrar un heredero que continúe con el linaje de la familia. Jervaulx, aterrado con la posibilidad de volver a ser encerrado, consiente en la boda.Durante la ceremonia el duque es incapaz de pronunciar sus votos y casarse con una mujer que ha dejado muy claro que le desprecia y es incapaz de soportar su más leve contacto, y huye llevándose a Maddy con él.Ayudados por los dos mejores amigos del duque, escapan de la ciudad refugiándose en una pequeña casita en el campo propiedad de Jervaulx. Solos los dos, aislados en el campo, sus sentimientos se van profundizando hasta convertirse en amor. Pero Maddy y Christian deberán superar sus miedos y los no pocos obstáculos que se interponen en su camino para evitar que la codiciosa familia del duque vuelva a recluirle en el sanatorio mental, y destruyan un amor como no hay otro igual...
Desesperación y terrorífico. Son las
primeras palabras que me acuden a la mente para describir esta novela. Estos
son las dos emociones que más nos sacuden a lo largo de la narración, sobre
todo en las partes que corresponden al protagonista, Christian, un duque con una inteligencia
superior a la media, un genio de las matemáticas, que a causa de una embolia
cerebral (apoplegía) sufre daños en los centros del lenguaje del cerebro.
Aprisionado dentro de su propia mente, incapaz de comunicarse con sus semejantes,
la frustración se convierte en violencia y agresividad y termina encerrado en
un manicomio.
Como lector vives de primera mano esa
frustración, y el miedo permanente en el que Christian vive lo respiras y lo
sientes bajo tu misma piel. Eso lo hace un personaje atípico, tan lejano de
esos machorros a los que estamos acostumbradas en este tipo de novelas, en los
que él es ÉL, con mayúsculas, valiente, arrojado y sin miedo a nada. En este
caso Christian es totalmente vulnerable y dependiente, y se aferra a Maddy como
a lo único que puede salvarlo y sacarlo de esa pesadilla en que está viviendo.
Ella es su única oportunidad de conseguir, por lo menos, un pequeño rastro de
normalidad en una vida que no es vida, si no más bien una muerte horrible
prolongada simplemente porque aun no ha dejado de respirar.
Las
descripciones de las terapias y tratamientos son absolutamente… ¿puedo repetir
la palabra terroríficos? Porque no creo que haya ninguna que se acerque más
para describirlos. Y eso que es un manicomio para ricos, algo que me hace no
querer saber lo que ocurría hace doscientos años en los sanatorios mentales que
eran para pobres, porque a su lado probablemente “Saw” se convertiría en un
cuento infantil.
La protagonista femenina, Maddy, es una
mujer adulta, hija de un matemático ciego que ha mantenido una prolífica
correspondencia con el duque a causa de sus investigaciones, y un personaje muy
especial por sus creencias religiosas. Ella es cuáquera; consultad la Wikipedia
si no sabéis qué es, hay un artículo bastante completo que a mí me ayudó a
comprender qué y quién es Maddy, y sobre todo hizo que entendiera ese estado de
“iluminación” al que llega y que la impulsa a ayudar a Christian.
Maddy empieza a trabajar en el
manicomio que dirige su primo Edward, y allí se reencuentra con el duque, ahora
convertido en mucho menos que humano y poco más que un animal, y emprende muy
decidida la tarea de ayudarlo, algo que acabará chocando violentamente contra
sus profundas creencias religiosas y que hará que se vea obligada a tomar
decisiones que marcarán su vida para siempre.
Una novela inolvidable e intensa, con
unos protagonistas muy distintos a lo que estamos acostumbradas, con una
narración fluida que te envolverá y te
adentrará fácilmente en la mente de los personajes, haciendo que vivas como si
fueran tuyos cada uno de sus miedos, dudas, y decisiones.
Totalmente recomendable.
Un clásico de la novela romántica. La verdad es que adoro a Laura Kinsale; hasta en la peor de sus novelas hay algo de construcción de relojero admirable, nada sobra ni falta, todo está ahí por algo. Tarda años en escribir, pero es que así es como se cumple ese nivel de exigencia.
ResponderEliminarA mi juicio, de lo mejor del género. Es muy de personajes, de penetración psicológica en las mentes de los protagonistas. No es tu típica novelita ligera que se lee en un pispás.
Yo se la recomendaría a quienes leen otros géneros y creen que todas las novelas románticas son iguales y sin mérito artístico.