miércoles, 14 de noviembre de 2012

DONDE SIEMPRE ES OTOÑO de Ángeles Ibirika




Editorial: Grupo PlanetaBooket / 3 Mayo 2012
Género: Contemporáneo



Como cada otoño, Ian O´Connell, afamado escritor de novelas de amor, se aísla en su apartado refugio de Crystal Lake para escribir su nuevo éxito. En su desesperada búsqueda de la inspiración que por primera vez le ha abandonado, encontrará a Elizabeth Salaya. En ese entorno idílico, mientras la va convirtiendo en la protagonista de su novela, el amor comenzará a entretejerse entre los dos sin que él sea consciente. Un amor que nunca creyó que existiera más allá de los libros, y que, junto al gran secreto que esconde Elizabeth y por el que intentará alejarlo de su lado, le harán dudar de todo lo que hasta entonces había creído firmemente.En la hirviente Manhattan, envuelta en el ardor de los candidatos en plena carrera hacia la Casa Blanca, los caminos de Ian y Elizabeth volverán a cruzarse. Pero en medio de intrigas, ambiciones y cadenas de favores que amenazan con tambalear los cimientos de la alta sociedad neoyorquina, será enfrentarse a sus sentimientos y miedos lo que cambie sus vidas para siempre.Traición, sombras, pasión y política se aúnan en una novela inolvidable en la que un instante puede cambiar toda una vida.



            Desgarradora. Ésta es la palabra que utilizaría si me obligarais a definir esta novela con una sola palabra. Porque desgarrador es el amor que Ian siente por Elisabeth, desgarradora es la relación que mantienen, y desgarradora es cada palabra que la autora  vomita mientras nos narra una historia de amor llena de desesperanza y odio, malos entendidos y decisiones equivocadas,, de terrorífica soledad y corazones rotos. Pero también habla de un amor tan fuerte que es capaz de perdonarlo todo, de aferrarse con desesperación a la más pequeña esperanza, de actos nobles y desinteresados. De hacer lo que es correcto a pesar del dolor que eso comporta.


Refrescante. También es una palabra que se adapta bien para describirla. Ser testigos mudos de una historia romántica mirada desde los ojos del protagonista masculino, de sus descarnados sentimientos, que viajan desde la más simple lujuria, hasta el amor más profundo, ese amor que él creía que no existía fuera de las novelas, pasando por el odio causado por el dolor de creerse rechazado y utilizado. Saberse en el mismo lugar en el que él había puesto a tantas mujeres a lo largo de su vida, mujeres sin rostro ni nombre que habían desfilado por su cama, sin que él les dedicara ni el más mínimo pensamiento.
Y los breves vistazos a la vida de Elisabeth, que desconciertan y abruman; a su amor y sus lágrimas, que rompen el alma; y a sus decisiones, incomprensibles, que te hacen gritar de rabia e impotencia.
Una historia tan intensa que abruma los sentidos, que te hace llorar estés donde estés, porque no importa si el que está sentado a tu lado en el tren o en la parada del autobús, piensa que estás loca por llorar por unas palabras escritas. La fuerza de los sentimientos que transmite cada palabra, cada grito de angustia, cada frase susurrada, o todas aquellas palabras no dichas pero pensadas, cada gesto, cada mirada, son tan palpables como si las viviéramos en nuestra propia piel.
Conmovedora. Porque nos habla de muchos tipos de amor, del desespero de amar y no ser correspondido, de la soledad en que vivimos cuando no tenemos a nuestro lado la persona que nuestro corazón ansía. Y de la fuerza y la voluntad de seguir adelante, de no perder la esperanza, de vivir, aunque eso nos mate un poco cada día. Y de disfrutar cada momento como si fuera a ser el último de nuestras vidas.
Aún estoy con los ojos enrojecidos, y la melancolía que se apoderó de mí desde el momento en que leí la primera frase, creo que tardará varios días en abandonarme.


Aún tuvo fuerzas para gritar al sentir que le rompían los dedos de la mano derecha.
No podía moverse. Ni siquiera para hacerse un ovillo y proteger su magullado cuerpo por si aún no se habían cansado de golpearlo. Derrumbado en el suelo de la Rivera Verde del río Hudson, mientras el aire no le alcanzaba los pulmones, sólo podía pensar en ella y en que, si ése era el precio por haberla tenido, una y mil veces que volviera a nacer, una y mil veces se ofrecería a esa tortura por volver a tenerla.
El dolor físico no importaba. Era peor el del alma, el que le provocaba saber que ella lo quería apaleado, roto por fuera y por dentro, hundido; y tal vez hasta lo quería muerto.
Y en esa cruel agonía encontró su único y desgarrador consuelo.
La complacería.
Moriría para complacerla una última vez. “



4 comentarios:

  1. es una historia maravillosa, como todas las de Angeles Ibirika!!!!

    Te aflio y te invito a mi blog

    Un bs y buen fin de semana

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    1. ¡Muchas gracias! Ya me he hecho seguidora.
      Buen fin de semana también para ti.

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  2. En el grupo de lectura de Facebook, de Donde siempre es otoño, Ángeles Ibirika me ha dicho:
    "Tengo que decirlo. Me ha encantado tu reseña, y me ha llegado al corazón la forma tan especial y con tanta alma con la que la has escrito. Manejas las palabras con un arte y una dulzura que conmueve. GRACIAS."
    Gracias a ti, Ángeles, por tus historias.
    Si queréis uniros al club:

    https://www.facebook.com/groups/432735830100482/

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  3. ¡Hola! Estupenda reseña, la enlazamos en el perfil de la autora en nuestra web:

    http://www.letrasdeencuentro.es/detalles.php?resenia=867&fuente=D.%20W.%20Nichols

    ¡Un saludo!

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