Serie: 11º- Señores del Inframundo
Título original: The Darkest Seduction
Editorial original: Harlequin / Febrero 2012
Editorial original: Harlequin / Febrero 2012
Poseído por los demonios de la promiscuidad, el guerrero inmortal Paris es irresistiblemente seductor… aunque su potente atractivo le exige un alto precio. Cada noche debe acostarse con alguien o debilitarse y morir. Y la mujer a la que ansía por encima de todas es la única que siempre había creía que estaba fuera de su alcance… hasta ahora.Recién poseída por el demonio de la ira, Sienna Blackstone está dominada por una acuciante necesidad de castigar a aquellos que la rodean. Pero en los brazos de Paris, la vulnerable belleza descubre una desgarradora pasión y halla una increíble paz. Hasta que una sangrienta enemistad entre antiguos enemigos se caldea.¿Acabará uniéndoles por toda la eternidad la batalla entre dioses ángeles y criaturas de la noche o los separará para siempre?
Estamos
ante el libro mas trágico de la serie de “Los señores del inframundo”, así que
si os decidís a leerlo, pertrecharos antes tras un buen paquete de kleenex.
Creo
que Paris es el personaje mejor trabajado de toda la serie. Lo conocemos desde
el principio y hemos sido testigo, a lo largo de los diferentes libros
protagonizados por sus compañeros, de sus cambios más fundamentales y, lo que
es mas importante, de su desesperado declive.
Cuando
lo conocimos era un personaje alegre, despreocupado, que vivía sin pensar
demasiado ni en el pasado ni en el futuro. Como guardián de promiscuidad, tener
sexo constantemente con desconocidas era algo, no solo natural, si no necesario
para su supervivencia, ya que su demonio le impide tener sexo dos veces con la
misma persona. Pero todo cambia cuando conoce a Sienna.
Sienna
es una cazadora que consigue atraparlo y mantenerlo prisionero, por lo tanto
representa todo lo que él odia. Así y todo, no puede evitar desearla y hacer el
amor con ella ¡dos veces! Pero muere entre sus brazos y, a partir de ahí,
asistimos a la rápida decadencia de Paris. Se obsesiona con ella de tal manera
que acaba en las garras de la ambrosía, la droga de los inmortales,
convirtiéndose en una piltrafa a duras penas confiable.
Asistir
al hundimiento metódico de quizá el señor más carismático del grupo, a lo largo
de las novelas anteriores a ésta, nos prepara de alguna manera para los
acontecimientos que se desarrollarán aquí.
Si
Paris y Sienna no tocaban fondo, no podían resurgir de sus propias cenizas. Y
como resurgen.
A
pesar de los miedos y las dudas, de las equivocaciones que han cometido el uno
con el otro, y de los profundos sentimientos de culpabilidad por sus actos
pasados, ambos renacen en esta novela con una fuerza interior que aplasta y
eclipsa a todas las demás. La extrema vulnerabilidad de ambos personajes, duros
y fuertes a causa de las circunstancias que han vivido, pero tiernos y frágiles
al mismo tiempo, nos lleva hacia una marea de sentimientos que nos inundan sin
compasión.
Amor,
traición, odio, violencia, venganza, vergüenza, humillación, sacrificio, pero,
sobre todo, perdón y redención. Los acontecimientos nos arrastran de unos a
otros, subidos en la montaña rusa que son los sentimientos de todos los
personajes, desde los protagonistas hasta Cronus y Rhea, pasando por Galen y
Legión.
Aparecen
personajes nuevos (Viola, la guardiana de narcisismo, nos regala los momentos
mas divertidos de la historia). Recuperamos otros de novelas anteriores (los
Jinetes del Apocalipsis, aparecidos por primera vez en “El secreto más oscuro”,
parecen indicar que van a convertirse en parte importante de la serie en el
futuro). Seguimos con las aventuras de Kane en el inframundo (y lo que sufres
con el pobre guardián de desastre).
En
definitiva, es una historia cautivante y llena de emoción que nos mantiene al
borde de un ataque de nervios con cada giro inesperado, y que con su magnífico
final, cierra un ciclo para iniciar otro que solo Dios y Gena saben a dónde nos
puede llevar.
0 susurros a mi conciencia:
Publicar un comentario
Siéntete libre de comentar, pero siempre desde el respeto.