Fleur ha caído lo más bajo a lo que puede llegar una joven bien educada como ella en la Inglaterra victoriana. Obligada a vender su cuerpo en las calles, se entrega a un hombre en una sórdida posada, un caballero apuesto y de espíritu atormentado. Pero después de este único cliente, tiene un golpe de suerte y la contratan para cuidar a la hija de Adam Kent, el duque de Ridgeway. La sorpresa de la muchacha cuando descubre que el duque y aquel hombre de la posada son la misma persona no tiene límites. La relación que comenzó de la forma más inconfesable se ha convertido ahora en un juego peligroso de deseo y silencios, en el que el amor verdadero sólo tiene una mínima posibilidad de salir triunfante.
No es una historia sencilla, en absoluto. El
primer capítulo ya deja claro que será complicada, con personajes muy complejos
metidos en una situación nada agradable.
Una señorita venida a menos, que huye de algo
o de alguien y que ha acabado en Londres sin un penique en el bolsillo, se ve
en la dolorosa necesidad de vender su cuerpo para poder sobrevivir. Un caballero,
con feas cicatrices en el cuerpo y en su alma, desesperado por un poco de
cariño y contacto humano, será su primer cliente.
Una situación desesperada y una decisión
impulsiva que cambiarán el transcurso de la vida de estas dos personas.
Pero alrededor de Adam y de Fleur, los
protagonistas, se mueven otros personajes que son altamente importantes en el
desarrollo de la historia.
Sybil, la esposa, una mujer delicada, egoísta
y teatralera, pero que en el fondo acaba dándote lástima, pues no es más que
una víctima de las manipulaciones de Adam y su hermano Thomas, el primero
pensando sólo en la lástima que le inspira su esposa, el segundo pensando sólo
en sí mismo.
Thomas, el hermano. Creo que es el personaje
más odioso que he encontrado en cualquier novela que haya leído hasta ahora,
porque no es el malvado que maquina y se retuerce las manos pensando en hacer
el mal, sino que es su irresponsabilidad, su auténtico y crudo egoísmo, la
forma en que manipula y engaña a Sybil en su propio y único beneficio, y su
absoluta falta de sentimientos, escrúpulos o sentimientos, el que lo convierte
en un ser totalmente repugnante.
Y Matthew, el primo de Fleur. Ah, ese cabrón
desalmado, capaz de cualquier cosa con tal de conseguir a Fleur.
Es una novela que llega al corazón con la
profundidad de todo el abanico de sentimientos por los que Fleur y Adam van
pasando, desde los más negativos hasta llegar al amor. Una historia con
momentos sórdidos, terroríficos para una mujer, y otros tan tiernos que
ablandan el alma y nos obligan a derramar lágrimas.
Me enamoré de la pareja protagonista: Fleur y
Adam. Tan distintos y sin embargo, tan parecidos. Es difícil poder hablar de
ellos sin desentrañar parte de la trama, por eso sólo os diré que son personas
fuertes pero vulnerables, leales a sí mismos y con un fuerte sentido del honor, y que están atrapados en una situación provocada por
las acciones irresponsables y egoístas de otras personas.
Es una novela que os cautivará desde la
primera frase, que os hará suspirar constantemente (sobre todo cuando vayáis
conociendo a Adam), y que no podréis dejarla hasta el final. Por lo menos, para
mí fue así.
Nota: Me ha encantado que tradujeran
literalmente el título pues, aunque al principio parece que no tiene sentido,
en un momento determinado lleno de emociones, descubrimos a qué hace
referencia, y es realmente precioso.
Ya lo he leído y me ha gustado mucho esa novela. Verdad Thomas és un asco!! No conocia a Mari Balogh, pero és muy buena con los históricos.
ResponderEliminarThomas es uno de esos personajes que, se ser de carne y hueso, dan ganas de agarrarlo por el cuello y darle de tortas hasta en la foto del dni.
ResponderEliminarEs el primer título que me leí de esta autora y quede encantada! Me gustó mucho como la historia va despacio, dándote tiempo para interpretar todas las emociones. Y sí, Thomas es un personaje odioso, que saca lo peor de uno mismo...
ResponderEliminarBicos!
Mary Balogh suele ser una novelista muy competente. Y aquí la verdad es que echó el resto. A pesar de los años transcurridos sigue siendo una novela excelente, contenida, de personajes, de miradas y silencios. Recomendable para todos los aficionados a las novelas de amor que busquen cierta calidad en sus lecturas. Mary Balogh lo merece. ¡Ah, sí, menos mal que por una vez traducen el título! De verdad que las editoriales de romántica españolas suelen ser poco respetuosas en este punto, y a veces es difícil saber, si tienes el listado de libros originales de la autora, a cuál se refiere ese título en concreto. Juegan a despistar.
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