Editorial: RBA, Saten / Abril 2008
Género: Histórico
Título original: The Marriage Bargain
Editorial original: Warner Books / Octubre 2005
Inglaterra, 1816
Emma Chambers lleva tres años casada con Spence Keenan, un apuesto y aguerrido soldado, pero no lo ha visto desde la boda, y la unión ni siquiera se ha consumado. En realidad, Emma y Spencer se casaron para que ella pudiese escapar de su asqueroso tío, a cambio de lo cual cuidaría de las propiedades de Spencer mientras éste se iba a luchar contra Napoleón. Desde entonces, Emma no ha recibido ni una carta. Mucho menos dinero. Cuando Spencer regresa, descubre que Emma ya no es la chica tímida y vulnerable que conoció, sino una mujer fogosa y cautivadora, que por cierto le guarda enorme rencor. Para ganarse nuevamente la confianza y el amor de su esposa, Spencer deberá afrontar un nuevo pacto.
Si algo se puede decir de esta novela, es que
el principio es, cuanto menos, original. Porque no creo que haya leído ninguna
de este género que empezara con el entierro (sí, entierro) del protagonista,
muerto en el transcurso de un malhadado duelo. Pero no os alarméis, porque
rápidamente, gracias a la perspicacia y desconfianza de la protagonista, pronto
descubrimos que todo no ha sido más que una trágica equivocación (error del
médico que dictaminó la muerte).
No quiero contar nada más de la trama, que es
bastante interesante, con una intriga de por medio que hará que la desconfianza
que Emma siente por Spencer aumente paulatinamente, pero sí quiero hablar de
los protagonistas, sobre todo de él.
Spence Keenan es tonto, pero tonto de remate.
Si ha habido algún anti héroe en el género romántico, desde luego es él. A lo
largo de toda la novela, no hace más que meter la pata en su relación con Emma,
difícil ya de por sí. Es un viva la vida, confiado hasta decir basta, y ha
rehuido sus responsabilidades durante toda su existencia. Es un bobo cuyas
malas decisiones pagan las personas que están a su cargo, sobre todo su esposa
Emma. Menos mal que a lo largo de la historia, va redimiéndose poco a poco,
pero de verdad que a veces me dieron ganas de meter la mano dentro del libro y
darle una jartá de tortas. Evidentemente, no cae muy bien al principio, hasta
que vamos profundizando en su carácter y van haciéndose evidente los motivos de
su reticencia a hacerse cargo de las obligaciones que comportan su título.
Emma me encanta. Ha sido una mujer que ha
luchado con uñas y dientes durante tres años, los mismos que lleva su marido
ausente, para mantener una propiedad sin tener los recursos suficientes. Tiene
que espabilarse a la fuerza, y lo consigue a base de perseverancia, decisión y
coraje. Es una mujer joven pero con una madurez que le da cien mil vueltas a su
marido, al que tiene ganas de ver para echarle en cara todas sus promesas
rotas, pero que no ha permitido que todas las dificultades con las que se ha
encontrado la conviertan en una amargada.
La historia me ha gustado, los personajes
están muy bien construidos, la forma de narrar de la autora es amena y la
pequeña dosis de intriga te mantiene atenta hasta el final.
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