Me provocas, me seduces,
con tus puritanas maneras
que con prosas me serenas
y con poemas me induces.
¿Qué he de hacer, pobre de mí,
cuando irrumpes en mi vida,
diciendo que no estoy ida
sino cuerda de por sí?
La locura yo la visto
de seda y puro encaje
y pongo en mi equipaje
cada instante que vestí.
0 susurros a mi conciencia:
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