Reseña | El altar del pecado | Nora Howard

Sinopsis:
Etaya, copropietaria del bar Purgatorio, es traicionada por su marido. Delvil, su supuesto enemigo, es el único que puede salvarla. Aunque pasar días a solas con un motero por el que siente una fuerte lujuria podría ser para Etaya más peligroso que enfrentarse sola a la muerte.
Demonios, brujos, reinas, harleys… El altar del pecado es una historia que comienza en el año tres mil antes de Cristo, en Canaán, y que llega hasta nuestros días.

Opinión:

Trepidante, brutal, de esas novelas que la intriga sobre qué pasará en la página siguiente te mantiene aferrada a sus páginas.

Etaya es una mujer fuerte, amaba a su marido Tamot más que a nada en el mundo, y cuando éste le rompió el corazón, lo envolvió con hielo para no volver a sufrir. Delvil es medio humano, medio demonio, y pertenece al bando contrario en el que lucha Etaya, pero cuando sabe que ésta está en peligro no duda en traicionar a los suyos y acudir en su ayuda, aunque esto le costará la vida.

Dos personajes marcados por su pasado. Etaya no confía en el medio demonio, y Delvil se aferra a ella a pesar de su desconfianza porque es la luz de su vida y la ama desde hace siglos a pesar que no tiene esperanza que pueda ser correspondido.

He sufrido mucho por Delvil, un personaje masculino fuerte y poderoso, pero al mismo tiempo tan vulnerable. ¡Me ha enamorado!

La novela es erótica, por lo que las escenas de sexo son largas y detalladas, pero no por eso carentes de sentimientos. La autora ha sabido acercarnos a los corazones de sus protagonistas incluso en estos momentos, algo que no es nada sencillo de hacer. ¿Y la escena de la batalla final? Es apoteósica, e imaginarla como si estuviera viendo una peli mientras estaba leyendo, ha sido bien fácil.

Aventuras, intriga, acción y mucho sexo. Si te gustan este tipo de novelas, no puedes perderte esta.

(Gracias a las chicas de BATMW por la oportunidad de leer y reseñar esta novela. Si tienes un blog de reseñas, organizan unos ebook tour muy interesante, y hay para todos los gustos).