viernes, 26 de julio de 2013

El espacio: la última frontera.


Dándole vueltas, dándole vueltas... ¡Coño! ¡Sí es Sherlock!
Resulta que ayer fui a ver Star Trek En la oscuridad y salí, entre otras cosas, obsesionada con el personaje de Khan. Yo a este tío lo conozco, me decía. Sé que lo he visto en otro lado. Pero no era capaz de aunar rostro con nombre. Así que en cuanto llegué a casa, me puse rauda como una centella ante el ordenador e invoqué a Sangoogle que todo lo sabe. Y ¡voilà! Resulta que el maromo en cuestión, que ha encarnado a un Khan por cuyos huesecitos me derretí, es nada más y nada menos que Benedict Cumberbatch.





Teniendo en cuenta el nombre (imposible de recordar para alguien como yo, cercana a la senilidad) y al corte de pelo, lógico que en un principio no lo reconociera. Pero es ÉL. En serio. El Sherlock de la BBC, que compartió cartel con Martin Freeman (sí, sí, el señor Bilbo Bolsón) en una de las mejores adaptaciones a la actualidad del personaje de Sir Arthur Connan Doyle (Elementary no cuenta, por Dios).



Soy trekkie hasta la médula (¿hay otra manera de serlo?) y he de admitir que, aunque la primera de la nueva tanda, dirigida por el nuevo mago de Hollywood J.J. Abrahams, me gustó (mucho) y es buena (más aún), le encontré un pero. Star Trek es mucho más que una serie de ciencia ficción. Es como el Barça para los culés, que es más que un club. Star Trek no es sólo buenos guiones, buenos efectos especiales, personajes carismáticos y aventuras alucinantes. Star Trek es, sobre todo, diálogos con multitud de frases "puntazo" y toques de humor de aquellos que te dejan con una gotita de sudor resbalando por la frente. Y eso, la primera, no lo tenía.

Pero esta... aaaaah, por Dios, ha sido una gozada. Frases estelares (y no porque estuvieran en el espacio), de aquellas que tumban al contertulio y lo dejan en plan anime, tirado en el suelo y con la pierna levantada aquejada de un leve tic.


-El mandato de la flota estelar es explorar y observar, no interferir.
-De haber salido todo según el plan, la especie indígena jamás se habría percatado de nuestra interferencia.
-Eso es un tecnicismo.
-Soy vulcano, señor. Abrazamos los tecnicismos.
-¿Ahora me viene con esa actitud?
-Expreso múltiples actitudes simultaneamente. ¿A cuál se refiere?

Y si a todo eso, le sumamos el hecho que Bones, el médico de la nave, está interpretado por Karl Urban...



Durante dos horas he vuelto a sentirme como una adolescente, con bote de palomitas incluido, reviviendo "La ira de Khan" pero de otra manera, con un Benedict que se sale interpretando a este malo maloso, con momentos homenaje (puntazo el de Star Wars) y final de aquellos que te ponen los pelos como escarpias.

Oh, sí. Deseando ver la próxima.

2 comentarios:

  1. y no sentiste como que el déjà vu??? a mi me pasó con la escena del reactor :)

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  2. ¿El del final? Por supuesto. Me encantó, porque cuentan la misma historia que en La ira de Khan, pero de otra manera. Aunque en la siguiente no podrán hacer lo mismo: Kirk es demasiado joven para tener un hijo adulto y como Spock no ha desaparecido ¿cómo podrían ir en su busca? Así que para la tercera, a ver qué se sacan de la manga. Estoy deseando verla !!! Y ni siquiera han empezado a trabajar en ella jajajaja

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