De cielos y olimpos.

Soy Hécate en tu cielo nocturno,

reflejos carmesí gritando tu nombre,

sagrados misterios celebrados en la noche

esperando agazapados en tu bosque diurno.

Soy Afrodita nacida de tu espuma

de las olas de tu vida al chocar

con los amores malditos al virar

escapando de la cordura.

Qué puedo saber yo

de cielos y olimpos;

qué puedo saber yo

de amores y olvidos.

Soy Deméter en tu primavera

cuando florece el estigma de tu hombría

en los hambrientos amaneceres de cada día

buscando anhelante mi boca serena.

Soy Atenea custodiando el olivo

que crece ante la puerta del Partenón

armada hasta los dientes sólo con la razón

desafiando a los dioses del Olimpo.

Qué puedo saber yo

de cielos y olimpos;

qué puedo saber yo

de amores y olvidos.

Soy Circe, la bruja que mira tus ojos

obligando a tu alma a quitarse el disfraz,

bailando desnuda siguiendo el compás

quedando preñada de amores y antojos.

Soy Perséfone en su más terrible visión,

raptada por tu lujuria de brazos de mi madre

y llevada sin compasión hasta tu catre

donde descubrí, por fin, la pasión.

Qué puedo saber yo

de cielos y olimpos;

qué puedo saber yo

de amores y olvidos.