Pesadillas
reptantes en amaneceres moribundos.
Cielos
rojizos amenazando tormenta.
Corazones
henchidos bombeando mundos.
Nada
importa cuando nada cuenta.
Un
latido,
un
parpadeo,
un
suspiro imperceptible.
Una
mariposa traviesa
aleteando
en el Tártaro.
Sufrir
mil condenas decepcionantes,
diez
mil castigos inacabados.
Un
millón de latidos palpitantes.
El
perdón no llega sin sentimientos menoscabados.
Una
lágrima,
un
por favor,
una
súplica inalcanzable.
Una
mariposa traviesa
aleteando
en el país de las Hadas.
0 susurros a mi conciencia:
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