jueves, 6 de junio de 2013

Reseña | La señora Harper | Alexis Harrington








Con devastadora humillación, Melissa Logan presenció con un horror mudo como su marido la vendía para pagar una deuda. Ella ya se había dado cuenta que casarse con Coy Logan para escapar de su miserable vida con un padre borracho y dos hermanos perezosos había sido un terrible error. Coy la arrastró a Dawson City para unirse a la fiebre del oro de Yukon. Ahora, peor que nunca, estaba sin un centavo, con un bebé y "pertenecía" a Dylan Harper, un hombre que era conocido por tener un corazón de piedra y un cuchillo de carnicero bajo el mostrador de su tienda que manejaba sin dudarlo. Melissa nunca se había sentido tan desesperada en toda su vida.

Dylan Harper quería sus 1.200 dólares, no una mujer. Pero temiendo que si no aceptaba la oferta de Logan, otra persona lo haría, Dylan no podía soportar la idea de que esa mujer con rostro magullado, sufriese un destino aún peor. Para él, ese matrimonio, realizado en un bar con un oficiante abogado moribundo de Louisiana, no fue más que un acuerdo de negocios. Melissa iba a cocinar y limpiar para él, pero no compartirían cama. Pero jamás pensó que esa gentil mujer fuese a agarrar su corazón con tanta fuerza. Sin embargo, con todo el dolor existente entre ambos, alguno de los dos quizás estaría dispuesto a dar los primeros pasos para confiar otra vez, para tocar, para enamorarse.



¿Quién no disfrutó, de jovencita, de las aventuras narradas por Jack London? La llamada de lo salvaje y Colmillo blanco, quizá sus dos novelas más conocidas y llevadas en incontables ocasiones al cine y la televisión, transcurren en el territorio de Yukón, durante la fiebre del oro de Klondike. Igual que La señora Harper.

Alexis Harrington nos traslada a ese territorio inhóspito a finales del siglo XIX, a donde multitud de hombres acudieron con el sueño de enriquecerse rápidamente, dejando atrás a esposas, hijos, padres, amigos… para vivir en tiendas de lona, trabajar durante dieciséis horas seguidas, con barro hasta la cintura, pagando verdaderas fortunas por artículos de primera necesidad. Un lugar duro donde sólo los más fuertes y afortunados lograban sus objetivos.

Me ha maravillado la forma de narrar de Alexis Harrington. Su prosa, fluida y poética a partes iguales, es capaz de hacernos ver los paisajes que describe, y nos obliga a empatizar fácilmente con los personajes, Dylan y Melissa, dos personas de procedencias muy diferentes pero con graves heridas emocionales. En muchos momentos me ha recordado a Lavyrle Spencer, autora de Hacerse querer, Los dulces años o Maravilla.

Melissa es una mujer fuerte e inteligente, que ha aprendido a mostrarse sumisa a base de palizas. Su relación con Dylan, marcada por un inicio muy traumático para ella, evoluciona lentamente a lo largo de la historia a medida que ella va viendo que él no es en absoluto como todos los hombres que ha conocido hasta aquel momento (padre, hermanos, marido), que nunca le han mostrado el más mínimo respeto y, por descontado, han abusado de ella y la han utilizado para sus propósitos egoístas.

Dylan, por su parte, se encuentra con una mujer no deseada que viene con un bebé, y está seguro que no servirán más que para entorpecer sus planes, pero su educación y su sentido del honor, lo obligan a cuidarlas y protegerlas.

Poco a poco, entre los dos nace la confianza y se ayudan mutuamente a crecer emocionalmente y a curar sus respectivas heridas, y es esta parte, la evolución de ambos personajes, lo que hacen de esta historia una de las más emocionantes que he leído, por el realismo que emana.

Hay partes muy duras, sobre todo las referidas al pasado de Melissa, un pasado que la coarta a la hora de poder confiar en un hombre. El miedo, o más bien pánico, que tiene a Dylan, la autora nos lo transmite de una forma tan clara que pone los pelos de punta. Y la ternura con la que Dylan la trata a ella y a su hija, es tan maravillosa, que me hizo suspirar y preguntarme “¿quién no quiere un hombre así a su lado?”

Mención aparte merece Rafe, el mejor amigo del protagonista y personaje secundario, un hombre joven pero enfermo, con un corazón de oro, que actúa como la voz de la conciencia de Dylan a lo largo de la novela, y con el que vivirás uno de los momentos más desgarradores.

Una historia dura pero con una alta dosis de ternura, con algunos momentos que te harán sonreír y otros (muchos) que te harán llorar a moco tendido, con unos personajes que se te meterán en el corazón y otros a los que odiarás con todas tus fuerzas, pero que entre todos te harán vivir una de las historias de amor más bonitas que he leído.

2 comentarios:

  1. Me encantó esta novela. Como bien dices tiene momentos desgarradores y momentos de una ternura infinita.
    Es una lástima los pequeños errores q hay en la traducción xq si bien no restan intensidad a la novela, sí q me cabrearon. D haberla revisado en condiciones seguro q estaríamos hablando de la novela perfecta.
    Saludos.

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  2. Hola, estoy leyéndolo ahora mismo, y me encanta.
    Un saludo, te sigo e igualmente te invito a mi blog.

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